sábado

manifestación

Tu manifestación, la más lograda, de lo que existe adentro, de lo que existió y ya no existe más, más que ahí. ¿La manifestación de quién, sino de vos?
No. No sos vos.
La manifestación en sí, de sí misma, que te robó; ese instante, que mantuvo y salvó del vacío.
Un río de imágenes, palabras, colores, recuerdos que escupiste, con el mayor desgano, con la oculta intención de perderlas y olvidarlas, pero que permanece ahí, para que lo recuerdes.
No. Para que yo lo recuerde.
Te recuerde, recuerde ese instante, en ese río que vi. Y vi tus imágenes, e inventé de ellas teorías pseudos-psicológicas, inútiles, idiotas, que te justifiquen, que me tranquilicen, placebo de tus actos en mi mente (inactuados); la de ahora, la de siempre.
No. La que nunca existió.

Y mi manifestación la que hice en espejo juntando fragmentos de ese vos que armé a imagen y semejanza de mi deseo, conjugado con la realidad, previamente aberrada para encajar en esquema, pero fui más allá, aunque no pude solapar mi manifestación tuya con tu ser real, pude hacerlo con el mío y viví regido/a por la visión de mí que pudiera tener el tu que me inventé.

b. - Santiago

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