martes

Las plantas no usan camisa.

Esta es una historia, que nace en el pasado, muere en él, pero vive, siempre vive.

¡Cuantas grandes cosas se podrían haber hecho! ¡Cuantas ideas, que nacieron, que vivieron, que amaron, gozaron y se marchitaron, como plantas bajo un sol muy fuerte!

Y ciertamente así era.

Porque el interminable vacío desértico y calcinante se extendía en todas las direcciones, y las pobres plantitas, pequeñitas, amarillas y desnudas agonizaban lentamente.

El Sol, que todo lo ve y todo lo sabe, dijo:

- Esto no les hubiera pasado si hubieran tenido una camisa en regla.

Pero la última plantita había muerto, y nunca escucho una sola palabra

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