Me duermo
y sueño con El Gran Sueño.
Cuando despierto,
Mis yoes y mis joggins
me vienen a querer untar
los pensamientos que bullen por la cocina,
para que no logren trascender de las tostadas.
Al tiempo que se va desperezando el olvido,
se incorporan los dolores de cabeza,
mientras que,
con media bata puesta,
corre tras de mi la voluntad,
en el intento de subir al colectivo.
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